La atracción física en el noviazgo cristiano

La atracción física, una fuerza poderosa y a menudo instantánea, juega un papel significativo en el mundo del noviazgo cristiano. Es la chispa que a menudo enciende el interés y la curiosidad entre dos individuos. Pero cuando se trata del noviazgo cristiano, ¿cómo debería percibirse este instinto natural? ¿Cómo pueden los creyentes asegurarse de que complemente, en lugar de competir con, las conexiones espirituales y emocionales más profundas?


Atracción Física: Un Regalo de Dios

  • Primero, es esencial reconocer que la atracción física, en sí misma, no es incorrecta ni superficial.
  • Es un instinto natural, dado por Dios. El Cantar de los Cantares 1:15 lo afirma: “He aquí, tú eres hermosa, amada mía. He aquí, tú eres hermosa. Tus ojos son como palomas.”
  • Este pasaje bíblico, entre otros, retrata la belleza y apreciación de la atracción física dentro de un contexto piadoso.

Sin embargo, el Equilibrio es Clave

  • Mientras que la atracción física es natural y buena, es solo una pieza del rompecabezas.
  • Una relación construida únicamente sobre ella es como una casa edificada sobre arena, careciendo de profundidad y fundamento.
  • Para una relación centrada en Cristo, las conexiones espirituales y emocionales deben formar la piedra angular.

Consejos para Equilibrar la Atracción Física con Conexiones Más Profundas

1. Auto-Reflexión y Oración

  • Antes de sumergirte profundamente en una relación, dedica tiempo a la oración.
  • Pide a Dios discernimiento para entender tus sentimientos.
  • ¿Te sientes atraído por alguien únicamente en base a atributos físicos, o hay una conexión más profunda?

2. Valora la Intimidad Espiritual

  • Prioriza actividades espirituales juntos.
  • Estudia la Biblia, ora y asiste a servicios de iglesia como pareja.
  • Hechos 2:42 anima a los creyentes a pasar tiempo en comunión y en la palabra: “Y se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en las oraciones.”

3. Participa en Conversaciones Significativas

  • Dedica tiempo a discusiones profundas que te permitan entender los sueños, miedos, ambiciones y creencias del otro.
  • Estas conversaciones pueden amplificar la intimidad emocional, equilibrando la balanza con la atracción física.

4. Establece Límites Físicos

  • Para asegurar que la atracción física no eclipse otros aspectos, es crucial establecer y mantener límites físicos claros.
  • Esto no solo mantiene la pureza, sino que también permite espacio para que otras formas de intimidad florezcan.

5. Busca Consejo

  • Habla con mentores, parejas mayores o figuras pastorales sobre tus sentimientos.
  • Pueden proporcionar percepciones desde sus experiencias y una perspectiva más objetiva.

6. Evalúa con el Tiempo

  • Los sentimientos pueden ser fugaces. A medida que avanza el tiempo, evalúa continuamente la relación.
  • ¿Hay crecimiento en la conexión espiritual y emocional, o la relación se estanca en la atracción física?

7. Recuerda Proverbios 31:30

  • Este pasaje dice, “Engañosa es la gracia y vana la hermosura; la mujer que teme al Señor, esa será alabada.”
  • Es un recordatorio de que, aunque la belleza física es transitoria, un carácter piadoso es invaluable.
  • Lo mismo aplica para los hombres. Busca una pareja cuyas virtudes internas superen el atractivo externo.

8. Participa en Actividades Grupales

  • Participar en eventos grupales o citas dobles puede ofrecer una perspectiva más amplia de la persona con la que estás saliendo.
  • Observarlos en varios escenarios puede ayudar a determinar si la atracción es meramente física o si cualidades más profundas te atraen hacia ellos.

El Papel de la Atracción Física a Largo Plazo

  • Es importante señalar que, aunque la atracción física inicial puede ser el catalizador del interés, las relaciones evolucionan.
  • Con el paso de los años, la belleza externa puede desvanecerse, pero la belleza de un viaje espiritual compartido, el respeto mutuo, la confianza y una profunda conexión emocional solo crecerán.
  • 1 Pedro 3:3-4 captura bellamente este sentimiento: “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible adorno de un espíritu afable y apacible, que es de gran estima delante de Dios.”

La atracción física, cuando se entiende y se sitúa en su contexto adecuado, puede ser una parte hermosa de la experiencia del noviazgo cristiano. Sin embargo, son los lazos espirituales y emocionales más profundos los que resisten la prueba del tiempo. Al integrar los consejos prácticos mencionados anteriormente y buscar la guía de Dios, los creyentes pueden asegurarse de estar en un camino hacia una relación que no solo sea físicamente satisfactoria, sino también emocionalmente enriquecedora y espiritualmente edificante.

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